Introducción

Las enfermedades emergentes son aquellas enfermedades infecciosas que han surgido recientemente o que se han expandido rápidamente en las últimas décadas. Estas enfermedades son un grave problema de salud pública y pueden tener un impacto devastador en la población mundial. Con la creciente preocupación por la resistencia a los antimicrobianos, muchas enfermedades emergentes se están volviendo más peligrosas. En este artículo, examinaremos por qué las enfermedades emergentes pueden ser más peligrosas debido a la resistencia a los antimicrobianos.

Antimicrobianos y resistencia

Los antimicrobianos son medicamentos que se utilizan para tratar infecciones causadas por microorganismos como bacterias, virus, hongos y parásitos. Estos medicamentos son fundamentales para el tratamiento de infecciones y enfermedades infecciosas. Sin embargo, el uso incorrecto e indebido de los antimicrobianos, especialmente el abuso y la sobreutilización, ha llevado a la resistencia antimicrobiana. La resistencia antimicrobiana es la capacidad de los microorganismos, como bacterias, virus y otros patógenos, a resistir el efecto de los antimicrobianos. Esto ocurre cuando los microorganismos mutan y adquieren la capacidad de neutralizar o destruir los antimicrobianos. La resistencia antimicrobiana es un problema mundial de salud pública que ha aumentado la morbimortalidad de las enfermedades infecciosas.

Enfermedades emergentes

Las enfermedades emergentes son aquellas enfermedades que han surgido recientemente o que se han expandido rápidamente en las últimas décadas. Esto puede deberse a una serie de factores, como cambios ambientales, cambios en la dieta, cambios en el comportamiento humano y cambios en las prácticas agrícolas. Las enfermedades emergentes pueden tener un impacto devastador en la población mundial. Un ejemplo reciente de una enfermedad emergente es el virus del Zika, que se extendió rápidamente por América Latina y el Caribe en 2015 y 2016. Otras enfermedades emergentes incluyen la fiebre del Nilo Occidental, el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS) y la fiebre hemorrágica del Ébola.

La relación entre las enfermedades emergentes y la resistencia antimicrobiana

La resistencia antimicrobiana puede hacer que las enfermedades emergentes sean más peligrosas. Esto se debe a que los antimicrobianos son fundamentales para tratar y controlar las enfermedades infecciosas, especialmente aquellas que son emergentes. La falta de una respuesta eficaz a estas enfermedades puede llevar a un aumento de la morbimortalidad y a una mayor propagación de la enfermedad. Además, muchas de estas enfermedades emergentes son transmitidas por vectores, como mosquitos o roedores, que también pueden estar infectados con microorganismos resistentes. Esto puede llevar a la propagación de microorganismos resistentes a través de vectores, y puede llevar a la aparición de nuevas enfermedades emergentes.

La prevención y el control de las enfermedades emergentes

La prevención y el control de las enfermedades emergentes son fundamentales para reducir su propagación y su impacto en la población mundial. Se requiere una respuesta coordinada y global para hacer frente a estas enfermedades emergentes. Las medidas preventivas incluyen la educación sobre la higiene personal, la promoción de la vacunación, el control del vector y la mejora de la seguridad alimentaria y de los suministros de agua potable. El control de las enfermedades emergentes depende del diagnóstico, el tratamiento y el aislamiento de los casos infectados. Los pacientes con las enfermedades emergentes deben ser diagnosticados rápidamente y tratados adecuadamente con antimicrobianos efectivos. El aislamiento de los pacientes infectados también es importante para prevenir la propagación de la enfermedad.

Conclusiones

Las enfermedades emergentes son un problema de salud pública importante. La resistencia antimicrobiana puede hacer que estas enfermedades sean más peligrosas y difíciles de tratar. Es fundamental que se adopten medidas preventivas y de control para prevenir la propagación de estas enfermedades. La educación, la promoción de la vacunación, el control del vector y la mejora de la seguridad alimentaria y de los suministros de agua potable son medidas clave para prevenir la aparición de nuevas enfermedades emergentes. Además, el diagnóstico y el tratamiento adecuados, y el aislamiento de los pacientes infectados son fundamentales para controlar la propagación de las enfermedades emergentes existentes.