La fiebre hemorrágica de Marburgo es una enfermedad infecciosa potencialmente mortal causada por un virus de la familia Filoviridae, que también incluye al virus del Ébola. Esta enfermedad se descubrió por primera vez en la ciudad alemana de Marburgo en 1967, durante un brote en el que se enfermaron varios trabajadores de laboratorio que manipulaban tejidos de monos verdes africanos. Desde entonces, se han producido brotes esporádicos en África, el continente donde la enfermedad es más común.
La fiebre hemorrágica de Marburgo se presenta con una variedad de síntomas que incluyen fiebre, dolores de cabeza, debilidad, dolor muscular, dolor abdominal, vómitos y diarrea. A medida que la enfermedad progresa, pueden aparecer síntomas más graves, como ictericia, hemorragias internas y sangrado en la piel y las mucosas. El período de incubación de la enfermedad es de aproximadamente 5 a 9 días.
El diagnóstico de la fiebre hemorrágica de Marburgo se realiza mediante pruebas de laboratorio que detectan el virus en muestras de sangre o tejidos del paciente. Esto suele llevar varios días, lo que puede dificultar el control de los brotes de la enfermedad.
El virus que causa la fiebre hemorrágica de Marburgo se encuentra en los fluidos corporales de los pacientes infectados, incluida la sangre, la saliva, la orina, el semen y las heces. Se cree que el virus se transmite a través del contacto directo con estos fluidos, por lo que las personas que cuidan a pacientes infectados o descontaminan las áreas donde se ha producido la infección tienen un alto riesgo de contraer la enfermedad.
También se ha informado de transmisión de la enfermedad por contacto con animales infectados, especialmente monos. Se cree que los murciélagos frugívoros africanos son los huéspedes naturales del virus y que los humanos se infectan ocasionalmente al entrar en contacto con estos animales o sus excrementos. Aunque la transmisión de persona a persona parece ser poco común, puede ocurrir durante los brotes cuando las personas se encuentran en contacto cercano y prolongado con pacientes infectados sin tomar medidas preventivas.
Actualmente no existe una cura para la fiebre hemorrágica de Marburgo, por lo que el tratamiento se centra en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. Los pacientes infectados generalmente requieren hospitalización en una unidad de cuidados intensivos y pueden necesitar soporte vital para sobrevivir. Los medicamentos antivirales y otros tratamientos experimentales han mostrado algún beneficio en estudios limitados, pero su eficacia aún no se ha demostrado en ensayos clínicos rigurosos.
La prevención de la fiebre hemorrágica de Marburgo se basa en la identificación temprana de los brotes y la implementación rápida de medidas de control de infecciones. Estas medidas incluyen el aislamiento de pacientes infectados, la formación de equipos especializados de atención médica y la implementación de prácticas de higiene adecuadas para reducir el riesgo de transmisión entre pacientes y personal médico. También se han desarrollado vacunas experimentales para la fiebre hemorrágica de Marburgo, pero su eficacia y seguridad aún no se han evaluado completamente en seres humanos.
A partir de noviembre de 2020, se informaron varios casos de fiebre hemorrágica de Marburgo en la región oriental de Uganda. Este brote inicialmente afectó a cinco miembros de una misma familia, que murieron poco después de contraer la enfermedad. Los esfuerzos de respuesta coordinados por el Ministerio de Salud de Uganda y la Organización Mundial de la Salud lograron contener el brote y prevenir su propagación a gran escala.
Sin embargo, el brote de 2020 ha destacado la importancia de mantener la vigilancia y la preparación para la fiebre hemorrágica de Marburgo y otras enfermedades infecciosas potencialmente peligrosas. Se necesita un enfoque integral que involucre a los sistemas de salud locales, los trabajadores de la salud, las comunidades afectadas y las organizaciones internacionales para prevenir, detectar y responder rápidamente a los brotes de enfermedades infecciosas.
La fiebre hemorrágica de Marburgo es una enfermedad infecciosa potencialmente mortal que se encuentra principalmente en África. Esta enfermedad tiene síntomas graves y se transmite a través del contacto directo con los fluidos corporales de personas infectadas o animales, especialmente monos y murciélagos. Actualmente, no hay cura para la fiebre hemorrágica de Marburgo, pero los esfuerzos de prevención y tratamiento pueden ayudar a controlar los brotes de la enfermedad. Para prevenir futuros brotes y proteger a las comunidades afectadas, se necesita una respuesta coordinada y basada en la comunidad que involucre a los sistemas de salud locales, los trabajadores de la salud y las organizaciones internacionales.